“Time machine”
- I -
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Una madrugada como muchas, Javier sigue en la oficina, intentando cojonudamente producir una gran idea que lo libre del anonimato publicitario. Intenta, lucha contra Morfeo, contra Cronos y contra el repartidor de Pizza que nunca llegó, intenta concentradísimo, pero no lo logra.
La desesperación y la angustia empiezan a golpear con cada golpe del segundero del reloj y como es bien sabido, a veces, la mejor solución ante la insuficiencia creativa es hacer cuadraditos en el desktop.
- ¡Así será!. Haré los mejores cuadraditos en el desktop que el mundo pueda ver. Enorgulleceré al mundo y justificaré la inversión de mis viejos con estos cuadraditos que bien valdrán llamarse “cuadradotes”.
¡Nadie podrá detenerme!
…
¿¡A quién engaño, maldita sea!? No puede ser que ya sean casi las 3 de la mañana y que aún haya salido LA idea. Tengo varias apuntadas, unas son pura mierda, otras menos que correctas y solo un par presentables, pero nada espectacular. Ahora sí estoy realmente preocupado. Mañana es la presentación al cliente y mi jefe aún no me aprueba nada… ya me fregué… me van a botar, seguro que me van a botar…
Así, entre lamentos y reflexiones pesimistas sobre su suerte, pasaron varios minutos y quizás miles de cuadraditos dibujados arbitrariamente por un alborotado Mouse, que de pronto, se posa sobre un ícono que nunca había llamado la atención a Javier. Al menos, no hasta hoy.
- “Time Machine”. ¿Por qué la vida es así de sarcástica? ¿Por qué parece burlarse de mi, justo cuando más tiempo necesito?
En el iTunes suena “La vida es así, no la he inventado yo”.
- ¿Tú también bruto, iTunes mío? ¿También me vas a abandonar? ¿Quién más se burlará de mi? ¡Primero el tipo de la pizzería que nunca llegó, después mi compu y su iconito cachaciento y ahora tú, compañero de jornadas interminables e inspirador de otras ideas de rango medio, hoy te haz convertido al lado oscuro para hacer leña de este tronco caído.
¡Dios! ¿¡Qué otra prueba debo superar!?
Nunca retes a Dios, menos cuando aún tienes chamba por hacer, mucho menos cuando dependes de un aparato electrónico, que obviamente funciona con… Uy… apagón.
- ¡Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
…
…
Ahora entiendo la frustración del Tano Pasman. Por la remilputamadrequeloremilparió, estoy en la B.