viernes, 12 de diciembre de 2008

Palo Matic

Al inicio renegué por tener que intervenir en este tipo de actividades que no hacen otra cosa que hacernos perder el tiempo, pero luego, luego, me divertí. Pa' qué más que la verdad. La consigna fue hacer una estupidez y creo que lo logramos.

P.D.: Gracias a todos los involucrados y a todos aquellos que se ríen con nosotros y no de nosotros ¡JA!

lunes, 1 de diciembre de 2008

Apropósito de "Miriam"

Bueno, en un toque voy a colgar "Miriam", el primer cuento cortito que cuelgo en mi block. Es más, creo que es el primer cuento corto que termino de escribir en mi vida. Me parece que pudo quedar mejor, pero al menos lo terminé y ese, para mí, ya es un mérito, pero no nos desviemos del motivo de este post: mi objetivo nunca fue (ni será) tomar a la ligera un tema tan delicado como este y tampoco es un intento autobiográfico "baylesco" de encaletar mi realidad en una historia de ficción. Lo cierto es que mi respeto por la vida es enorme, más aún cuando mi familia, mi flaca y mis amigos me dan suficientes motivos - y anécdotas bizarras- para estar entretenido y feliz.

P.D.: Y claro, mis 5 hinchas también. ¡Que se joda la San Martín, ya lo superé en hinchada!

Miriam

Pucha… es martes. Aún falta mucho para el fin, pero bueno, a aguantarla nomás. Hoy me toca sacar a Rambo, mi perro. Fácil aprovecho para comprar un par de puchos… ojalá que alguna flaca se detenga para ver a Rambito en el camino… de hecho que sí. No hay nada mejor para florear con una flaca que caminar con un cachorro o un bebé. Las reacciones siempre son iguales: “¡oooohh, qué lindo!!”, “¡Qué bonitoooo!”… cojudas… si supieran que me las quiero levantar a todas… Pucha, lo malo es la lataza hasta la tienda del chino… ¿¡Son mil millones y no pueden poner una bodega más cerca!? Caballero nomás, a latear…

Qué tela… la calle siempre se ve igual a esta hora: Charito, la vecina, ya empezó a regar sus bugambilias, Don Mario acomoda las mesitas de plástico del chupódromo y el huachi… bueno, el huachi está entre su tercer y cuarto sueño.


Mejor me apuro, no vaya a ser que los chorizos empiecen a salir, ahí si pierdo. Rambo no está en condiciones de imponer respeto, aún no. No vaya ser que me pase lo mismo que a mi causa: lo asaltaron saliendo de su jato y le clavaron un verduguillo para quitarle las tabas… la cosa está brava, a la firme. Antes se podía caminar por aquí, ahora hay que tener mucho cuidado… o muchos amigos.


Bueno, al menos caminar pensando en huevadas ha hecho más corto el camino… ya estoy por la mitad y la gente aún está en la calle.


Uy… a ver. ¿y esa flaquita? ¿Qué hace ahí solita…? No le vaya a pasar algo… felizmente aquí estamos Rambito y yo para rescatarla.


- Hola amiga… ¿Qué haces aquí tan solita? Este puente es medio peligroso, pasa mucho robiño, mucho choro, tú sabes. Si quieres te acompaño a otro lado…

- …

- ¿Amiga? ¿Hola?…

- …

- ¿Jelou, gringa....?

- …

- Oe tampoco estoy para sobradas, ya hablamos…

- No te vayas.

- ¡Ah, tenías lengua!.

- Sí, perdón, pero estaba pensando.

- Bueno, ya no pienses tanto que aquí tienes la solución a todos tus problemas…

- No lo creo…

- ¡Tampoco me rebotes tan feo, ah! ¿ya viste a mi perrito? Se llama…

- ¿Sabes qué es lo mejor de esta parte de la playa? Que el sonido de las olas reventando es tan fuerte que nadie escucharía los gritos…

- ¿Qué? ¿Qué hablas oe?

- De los gritos. Cuando alguien se está ahogando intenta gritar, ¿no?

- Oe si te ven fumando vaina aquí o te hacen roche o te la quitan, así que sé más caleta.

- No he fumado nada, no seas huevón.

- Entonces estás locaza…

- Puede ser…

- Oe, ya me estás pasando de vueltas. Estarás muy rica, pero a mi no me gustan las quemadas. ¡Hablamos!.

- ¿Quemadas? Eso es aún mejor. Así no dejaría rastro, no te vayas por favor, parece que me vas a servir.

- ¿A servir?

- Si quieres te lo puedo recompensar… tú me entiendes…

- No entiendo nada, pero empiezas a sonar más interesante.

- ¡Ya, listo!. Entonces primero me ayudas y de ahí te doy lo tuyo…

- ¡Perfecto!

- Entonces necesito que consigas combustible, una mecha, fósforos, etc…pero no olvides el combustible, mucho combustible…

- Espera, espera, espera… la gasolina está carísima… ¿qué tanta necesitas?

- No mucha, sólo la suficiente como para quemar un bulto grande…

- ¿¡Qué!? ¿ ¡Qué quieres quemar oe, loca de mierda?

- ¿Qué quiero quemar? Ahora te digo, pero primero, deja de decirme “loca de mierda”. No estoy loca y tampoco estoy hecha de mierda. Como tú soy una persona común, tengo huesos, músculos, si me corto sangro y todo lo demás. La única diferencia entre tú y yo, es que yo no tengo alma. No sé si alguna vez la tuve y estoy segura de que nunca la tendré.

- Oye… no es que yo sea muy religioso ni nada, pero todos tenemos un alma, ¿no?

- Ni siquiera sabes si existen o no. No lo puedes probar. ¿o sí?

- Un toque. Está bien, no te puedo probar si existen o no, y realmente tampoco me importa, pero si no existen… ¿porqué tanta alharaca por no tener una?

- Realmente eso no es lo que hoy nos pone en estas circunstancias. Tampoco sé si existen o no, pero “alma” es mi forma de llamar a lo que me sucede.

- ¿Y qué es?

- He vivido 19 años de mi vida sin poder sentir nada. Nunca sentí ira, amor, temor ni nada. Mi vida es tibia, como si mis sentimientos se dejaran caer por una pendiente, esperando que un día se detenga todo.

- No entiendo. Dices que no sientes nada, pero quieres matarte. ¿Eso no es estar deprimida o triste? Es decir… ¿eso no es sentir algo?

- No estoy deprimida ni triste. ¿No te das cuenta? Mi decisión es totalmente racional. Si no siento nada, tampoco puedo reír ni llorar. Estoy segura de que no lo entiendes. Es más, no fue fácil para mí entender que tenía que terminar con esto.

- Tienes razón, no te entiendo… creo que yo no podría tomar una decisión así.

- ¿Por nada?

- Sí, por nada. No tendré mucha plata, pero tengo a mi viejita y a rambo, ¿ya te dije que así se llama mi perrito?. Además, algún día voy a dejar este barrio de mierda y voy a estar mejor. Estoy seguro. No me mataría por nada.

- ¿Por qué tan seguro?

- ¿Y por qué no?

- Tu madre. ¿Siempre estuvo contigo?

- ¡Mira chibola, con mi vieja no te metas!

- Me llamo Miriam, no chibola. Además, no estoy insultando a tu vieja, sino preguntándote cómo es tu relación con ella.

- ¡A ti qué te importa! ¡Ella se fue porque se merecía algo mejor!

- ¿Se fue?

- Sí… está en los yunaites… Se fue como ilegal, pero ahí conoció a un fulano, se casó y ahora tiene otra familia… hace poco hablé con ella y me dijo que me iba a llevar con ella pronto.

- ¿Hace cuánto te lo dijo?

- Hace como 5 años…

- Si le importas tanto… ¿por qué dejó pasar tanto tiempo?

- Tal vez no le está yendo tan bien… está de ilegal. ¡Ya te lo dije!

- Pero se casó y tiene hijos… debería tener para llamarte, ¿no?

- Puta madre…

- Mira, no quiero que pienses mal, sólo quería que….

- ¡Me cagó!… ¡Puta madre, me cagó!. Mi vieja me cagó… toda esa mierda que decía… ¿por las huevas? Hija de las mil putas… por qué chucha tuve que venir a hablarte… me cagaste…

- Tranquilo…

- ¿Tranquilo? ¡Vete a la mierda hija de puta! Y agradece que soy hombre. Nunca le he pegado a una mujer y tampoco lo haría… aunque pensar en que mi madre, la mujer más santa de todas fue capaz de hacerme esto, puede cambiarlo todo… ¿Pero sabes qué? No es su culpa, sino mía. Nunca fui el hijo que ella quiso, así que me lo merezco. Me toca vivir a merced de vagos y criminales, y así será. Esto es lo que merezco, vivir en el infierno. La santa de mi madre así lo ha decidido, castigarme por ser un hijo de puta…

- Deja de decir incoherencias…

- ¿¡Pero cuáles incoherencias!? ¿Acaso no he sido un maldito? ¿No tiré por la borda los sueños de mi madre? ¿Quién chucha me creo? No es justo… la pobre de mi madre debe estar sufriendo por mí, viviendo una vida que no quiso…

- Cálmate, por favor cálmate…

- Y si no me calmo ¿Qué?

- Por favor...

- Soy un bastardo, maté a mi vieja…

- No la mataste, no digas tonterías.

- Sí la maté, le quité la vida, ¿no te das cuenta?

- Le robé el único sueño de toda madre, lo usé como quise y luego lo boté a la basura convirtiéndome en lo que soy.

- Calma por favor…

- La maté y ahora yo debo correr la misma suerte...

- ¿Qué estás diciendo?

- Que hoy no te irás sola.

- Estás desesperado. No sabes lo que dices… ¿sabes cuánto me costó tomar esa decisión a mi? A pesar de no sentir ni mierda le tenía un gran respeto a la vida, y aún la tengo. El punto al que yo llegué es un lugar siniestro que no te imaginas. Lo que estás viviendo sólo es una depresión. Tu amas vivir, amas a tu perro y también a tu madre, estás confundiéndote por lo que una estúpida te vino a meter en la cabeza, así que no jodas y olvídate de eso.

- …

- …

- Tienes razón. Estaba desesperado, pero ya no lo estoy y mantengo mi decisión. Abriste mis ojos para ver todo este mundo asqueroso… mi mundo. Sólo mira a tu alrededor. ¿Vez algo que valga la pena?

- …

- …

- …

- Estoy esperando una respuesta que haga que cambie de opinión.

- ¡Rambo!

- ¿Rambo?

- Eres lo único que tiene. Eres su padre, su hermano y su amigo. ¿Vas a dejarlo solo? ¿Tan hijo de puta eres? ¿A cuántas flacas te levantaste gracias a él? Míralo. Él te necesita.

- Entonces, cuídalo.

- Qué más quisiera yo. Un motivo para quedarme que encima espantará ladrones en un tiempo… pero debo irme. Sabes que debo partir.

- Mira, es un lindo perro. Al menos tenlo por unos minutos. Deja que me vaya y luego te vas tú. Rambo no me necesita. Necesita una buena persona y puede que en ese pequeño instante entre mi partida y la tuya pase alguien que quiera hacerse cargo. Es todo lo que puedo hacer. Sorry.

- …

- ¿Y bien?

- Está bien. Que así sea, pero yo no me culparé por haber influido en tu partida. Es más, tampoco me arrepentiré por no haberlo podido evitar. No puedo hacerlo, ¿recuerdas? Por más que quiera, no sentiré nada. Seré fría como una puñalada, es todo lo que te puedo ofrecer. Nuestros destinos se cruzaron hoy, eso es todo. Probablemente hubieras llegado al mismo final de cualquier manera.

- No sé qué decirte, creo que con eso me basta.

- Entonces eso es todo.

- Tal parece, pero recuerda una cosa: cuando estés a punto de dejarnos y veas tu vida que pasa frente a tus ojos, despídete de tu madre, de rambo y de todas esas personas que alguna vez te demostraron cariño. Será la última vez que lo hagas y debe valer la pena. Tal vez te sorprendas de cuánta gente es y hasta pienses en regresar, pero lamentablemente, será demasiado tarde. Ya estarás del otro lado, pero al menos te habrás dado cuenta de hubo más gente a tu lado de la que te pudiste dar cuenta.

- Está bien, lo recordaré. Gracias. Ahora debo irme.


No puedo creerlo. Finalmente lo hizo, el chico que intentó salvarme… o mejor dicho, levantarme, ha saltado. Espero que sea más feliz allá. Ahora es mi turno, no habrá fuego, pero sí olas que terminarán con todo esto.


Y de repente el cachorro saltó detrás de su dueño. Tal vez fue sólo una reacción animal o una demostración de fidelidad absoluta. Lo cierto es que para algunos, personas o animales, una vida corta al lado de la persona que se quiere vale más que una larga agonía al costado de alguien que lo obligan a querer. No es lógico, tampoco romántico, es simplemente un poco de vida que algunos asumen como verdad. Más allá de las personas, más allá de la lógica o el sentido común.

- ¡Te tengo!.

Más allá del sentido común, de donde las almas recuperan la fuerza…


- ¡No te preocupes Rambito, no te voy a dejar caer!.


La fuerza suficiente para seguir peleando.


- Ya está, ya estás a salvo. Casi te vas ¿eh? Casi te pierdo… no lo vuelvas a hacer, ¿sí?…


De pronto una pequeña lágrima recorrió su mejilla. Después de todo tiene suerte, el primer asomo de sentimiento real ha sido correspondido con un gesto inolvidable: uno de esos que sólo un cachorro puede hacer. Tal vez la vida no lo quiso así, pero finalmente, una mirada vidriosa y una suave caricia le han devuelto la vida a Miriam, la mujer que nunca sintió
.