Y por fin llegó el momento que esperaba con tanta emoción: un recorrido impulsado por los corazones de 28 millones de peruanos, allá por la banda izquierda del Monumental y la aparición del más resistido de nuestros delanteros. Sí señores, un gol agónico e impensado que se convirtió en realidad, hoy es motivo suficiente para iniciar este ciclo de posts acerca de una de mis grandes pasiones, porque como muchos, sufro, lloro y río cada vez que juega la bicolor.