viernes, 18 de diciembre de 2009

Danza

Por fin llegué. “La huerta perdida”. Con razón la llaman así. Barrios altos debería hacer de este un atractivo turístico: “Venga un lugar increíble, donde su ingreso está garantizado, pero su salida, no.” Ese debería ser su slogan. De hecho se llena de suicidas o de gringos cojudos.

A ver, repasemos: dos anillos de oro en cada dedo, un bling bling que deja chico al de Uribe, más cadenas que completen el look de Mario Barackus , una sacudidita al terno Armani y mis “Air Nike” nuevecitas.


Eso debe ser suficiente.


Esto igual a lanzar carnada en las costas sudafricanas... que estará muy infestado de tiburones blancos agresivísimos, pero al menos los tiburones son más bonitos que estos individuos.

¡Qué caras!. Pareciera que estos angelitos sintieran el olor del oro. Me acabo de bajar del taxi y ya empezaron a dejar su vicio por un instante. “Lo hinco, me llevo sus poderes y me consigo más pasta”. Algo así debe pasar por sus... ¿cabezas? Sí pues, cabezas... hasta las cucarachas tienen cabeza. Y aquí vienen las cucarachas que esperaba.

1, 3, 4... ¿Sólo 7? Creo que voy a deprimirme... toda esta preparación para que vengan sólo 7 de los más peligrosos personajes de Lima... debo estar perdiendo mi “Mojo”. Bueno pues, ¿qué le hacemos?.


Es raro... hasta los tiburones rondan un rato su presa, la entienden, la estudian... pero claro, qué van a estudiar estos malditos, si todo lo aprendieron en la Universidad del Crimen, alias Lurigancho.
Ahí uno aprende pues. Esta escoria arremete directamente, sin vacilar, sin ninguna intención de pasar “caleta”. No le temen a nada, ni a la muerte. Es más, para algunos la muerte es un aliado que silencia a los que vieron más de la cuenta, mientras para otros siempre será quien le ponga fin a sus días de crimen. Casi-casi una salvadora, porque como bien sabemos, en este, nuestro generoso país, no hay muerto malo.

10 metros me separan de ellos, o más o menos. La verdad no me importa, 10 metros puede ser poco para algunas cosas, pero demasiado para otras. Para mi, cada centímetro que avancen me dará el tiempo suficiente para pensar en lo que me trajo aquí: un taxi. Pero no cualquier taxi ¿eh?, Nada que ver, fue un taxi con un taxista loco, lleno de odio... “¡Cholos de mierda!” decía con cada Combi que lo cerraba. “¡Escoria, resentidos sociales!” y demás perlas. Un tipo interesante, sin duda. Tengo que contárselo a la gente, pero eso será luego. Están a sólo 2 metros de mi. Los 7. Es hora.


Les presento a Domitila. Le puse así porque el día en que la compré, o bueno, el día en que se la quité a mi primer “trofeo” estaba sonando en la radio. Hay que admitir que la cancioncita esa es bastante pegajosa, mala como el diablo, pero recontra pegajosa. ¡Cómo será de mala que ni a Gian Marco le gusta!. En fin, justo en la parte de
“Dónde va, Domitila dónde va...” bajé la mirada y ahí estaba ella, una linda Uzi. Para los desentendidos, Domitila es mi primer subfusil de fabricación israelí. Poco menos que mi primer amor. La miré, me miró, miré lo que quedaba de mi trofeo y me la llevé. Un gran inicio para una gran historia juntos.

El público está en su lugar y Domitila será la estrella del espectáculo. El saco de mi terno sólo fue el camerino que refugió ese gran talento que ahora sale al plató para bailar como los dioses, sin desplazarse, sino volando... derramando lisura. ¡Qué agilidad! Giro a giro libera una explosión que deja a todos atónitos, sin aliento. Pero lo bueno no dura para siempre. El espectáculo tiene que terminar por hoy. Para variar, el público terminó rendido a sus pies.


Es hora de irme, el espectáculo terminó y aún tengo que llegar a casa a colgar mis 7 nuevos trofeos.


¡Taxi!


miércoles, 7 de octubre de 2009

Por favor, 5 minutos más.

¿A quién hay que matar?
¿Qué debo hacer?

¿Con quién tengo que lidiar?


Mi almohada necesita 5 minutos más,

para revelarme el futuro,

para confiarme sus secretos,

y regalarme sabios consejos.


Sólo 5, y si se puede algunos más.

5 minutos serán capaces de apagar incendios

y calmar bestias legendarias.


Pero si la vida misma se extingue con el tiempo,

con mayor razón se acabará mi noche.

El día renacerá,

y aunque algunos rayos de sol reconfortan

quedará el deseo de seguir envuelto en sábanas.

No para seguir durmiendo,

sino para volver a soñar.


Deviant Art - "sleep", de Adjustreality


No sé por qué, pero mis 2 últimos posteos los escribí en este formato. ¿Quien sabe?. Quizá alguien los convierta en una canción.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Quisiera ser un 9



Quisiera ser un 9.
Un 9 de área.
De esos cuya sola presencia intimida.
Un 9 que pelee todas, que gane algunas y pierda pocas,
porque hasta de las derrotas se aprende.
Un 9 que se haga extrañar.
Que los haga felices cuando esté y miserables cuando no.
Un 9 trabajador y un resultado.
Porque el esfuerzo de 10 estará detrás de mi.
Quisiera ser un 9.
Referente y ejemplo.
Dentro y fuera de la cancha.
Un señor 9,
un 9 con gol, porque sin gol, no sería 9, sería 6.
Quisiera ser un 9.
Porque un nueve quiere más al equipo que a sus piernas.
Quisiera ser un 9...
por las 50 mil voces que acompañan cada grito de gol.




Lo sé, es tonto.
¿y?

"El Chorri"

Han pasado algunas semanas y mi silencio por estos lares empezaba a incomodarme, pero bueno… tampoco es que escriba todos los días ¿no?. Creo que es bueno y saludable postear seguido, pero si no se da el caso, también es bueno hacerlo cada vez que sintamos que lo que tenemos que contar es realmente interesante, al menos para nosotros mismos.

¿Qué pasó?

Descúbrelo en los 3 actos que vienen a continuación.
Casi casi, una tradición que planeo mantener.


I

“La noticia”

Ya han pasado algunos minutos después de las 8:00 a.m. Mi flaca y yo vamos en el taxi camino al trabajo. Sí, en taxi. Mi carro se volvió a malograr, así que tengo que hacerlo, pero eso no es lo que adorna la mañana, sino el mensaje que acaba de llegar a mi celular:

“Ya pagaron”, dice. Acto seguido, un par de signos de sol aparecen en mis ojos. No de dólar. De sol.

Y claro, como es lógico, empiezo a hacer cálculos. Multiplicar, dividir, sumar, restar, restar otra vez y luego de todo volver a restar. Todo anda como de costumbre.

II

“El Chorri”

Acabamos de llegar al trabajo de mi flaca. La parte difícil del tráfico acaba de pasar y debo despedirme.

- ¡Chau amor!.
- ¡Chau gordo!.
- ¡Que tengas un buen día!.
- ¡Tú también!

Mientras ella se va a hacer cola para el ascensor yo aprovecho para cambiar de taxi. El anterior parecía un poco sonso y la verdad, estoy bien cansado y no quiero renegar. ¡Qué bueno! Ahí viene uno y parece carro nuevo. Algo más de seguridad, al menos.

- Buenas señor.
- Buenas.
- ¿Al malecón Balta, en Miraflores? Por el Británico del inicio de Benavides.
- ¿Cuánto pagas, Cholo?
- 5 mangos.
- Ya pues, vamos.

No suelo hacerlo, pero esta vez me siento junto al chofer. La verdad no suelo hacerlo, pero el parecido al “Chorri” Palacios de aquel chofer era bastante pintoresco. Además había un “Trome” que podía leer hasta llegar a la chamba, así que podía darme por bien servido.

- Mejor dobla a la derecha para evitar el tráfico.
- Buena voz, Cholo.
- No chambeas mucho por aquí, ¿no?
- No Cholo, yo paro por Los Olivos, San Miguel… por esa zona. ¿Tú te vas a estudiar al Británico?
- No, yo chambeo por ahí.

Una pequeña pausa: Cada vez que me preguntan esto suelo responder cualquier otra pachotada, como que sí estudio, o que voy a visitar a alguien al hospital o que estoy practicando en cualquier empresa. Un poco en broma y otro poco por susto. ¿Cómo saber el propósito de la pregunta? En fin, esta vez se me salió…

- Ah manya…
- Sí pues…
- ¿Y en qué chambeas?
- Soy publicista… creativo.
- ¡Ahh, los que hacen propagandas! Se debe ganar bien ¿no?.

Otra pequeña pausa: ¿Qué responder a esto? Sé que al principio es así, jodido para todos, pero luego, con muchísimo esfuerzo, uno puede llevar una vida bastante “bonita”. Claro, todo eso lo aprendí viendo mucha injusticia financiera en esta “industria”, pero hoy que ando más encaminado, me pregunto cómo responderían los más chibolos, que recién entran a este mundillo.

- No creas. Sobre todo cuando uno es joven y está empezando. Se trabaja mucho y se gana poco. No tenemos horario de salida, pero sabemos que es parte de todo esto. Si queremos hacer alguna chamba buena, nos quedamos un rato más… no sé si me entiendes. Por ejemplo, ayer llegué a mi jato a las 4 de la mañana. Estoy hecho mierda, pero creo que fue una noche positiva.
- ¡A las 4 de la mañana!
- Así es…
- ¿¡Serás puta, acaso!? ¡Al menos te pagarán horas extras!
- Pues no…
- O sea que trabajas hasta las 4 de la mañana, no te pagan horas extra y encima no te pagan bien…
- Pero es mi vocación y me siento bien trabajando en lo que me gusta…
- ¿Pero ni para la movilidad te dan?
- ¡Nada que ver! A partir de las 10 de la noche podemos tomar un taxi a nombre de la chamba.
- Ah…

El silencio reina por algunos minutos. Yo leo el “Trome” y el “Chorri” aprovecha para rociar un líquido perfumado al interior del taxi.

- Siempre es bueno que el carro huela rico.
- ¡Ja! Es cierto… aunque el mío debe estar oliendo a quemado.
- ¿Ah… tienes tu carrito?.
- Un gol del 95, pero está malogrado. Últimamente le falla todo… es una lágrima.
- Véndelo.
- Lo he pensado, pero necesito ahorrar para poder comprar otro de segunda, pero más moderno, al menos.
- Cholo… ¿puedes pagar 40 lucas diarias?
- No. Es bastante… ¿No te parece?
- ¿Ni con tu flaca, ajustándose un poco?
- No sé… es un montón de plata. Son como mil lucas al mes…
- Bueno… Mira, si logras pagar esa plata, anda y sácate un 0 kilómetros. Pídele a tus viejos que te sirvan de garantes y listo. Un 0 kilómetros no te jode en 5 años…
- Bueno, puede ser, pero eso será luego…


III

“La solución del Chorri”

Pasaron unos minutos más y volvimos al cómodo silencio, Estamos a punto de llegar, pero como no hay comodidad que dure para siempre, un estruendoso, casi indignado “Chorri” se dirige a mi, como enviándole un mensaje a alguien.

- Mira Cholo. Yo te voy a decir qué hacer.
- Ya… ¿hacer de qué?
- Escúchame… y discúlpame si te ofendo, pero yo te voy a decir qué hacer. Vende tu carro, saca 1000 dólares para pagar la prima de tu auto y taxéalo. Vas a sacar 100 lucas diarias para ti. Si no eres mujeriego ni vago y chambeas a conciencia, vas a sacar mínimo 1 “ferro”, aparte de lo que pagas del carro y el gas, claro. Encima con los horarios que tú manejes y sin matarte.
- Ok… baja en el parque.
- Ta’ bien Cholito. Pero haz lo que te digo. Vende tu carro, ponte a taxear y así vas a hacer patria… Vas a ver que sí.
- Cóbrese… gracias.
- Gracias a ti, mi hermano.

Y de pronto la buena noticia se transformó en depresión. Al menos por unos minutos. Mientas tanto estoy aquí, parado frente a unas escaleritas que me llevarán a mi centro de labores.

No hubiera cambiado de taxi.

Nada más imagina que el "Chorri" te diga que hagas patria.
No fue él, pero casi.

viernes, 21 de agosto de 2009

Cambio de hábito

¿3 actos?

I.- La intención

Durante 2 he intentado no ser el renegón que suelo ser. Es más, dejé a mi flaca en su chamba y todo bien, llegué al trabajo y todo bien, prendí mi compu y -¡opa!- primer problema. Eso sí, le encontré solución y todo bien.


Los horas pasaron sin mayores contratiempos. Claro, un ventarrón me recordó que no estoy, sino que soy resfriado, pero aún sigo vivo, así que todo bien.


También traté de seguir mis actividades laborales con la misma buena onda y emoción de un colegial saliendo de vacaciones. Tuve mis dificultades, pero aún así, todo bien.


II.- El desconcierto


Está por terminar el segundo día de este –totalmente válido- intento. Trato de ser quien espera con paciencia. Quien, a pesar del resfriado, trabaja para empujar el coche sin importar malas noches, caras largas ni dificultades varias. Pensaba que con proponérmelo bastaba para comenzar una especie de efecto dominó que terminaría por transformarlo todo a mi alrededor. De pronto no habría smog ni humedad y todo sería felicidad, por ejemplo.


Pero no.


Siempre hay un detonante a la ira racional. Por eso Hulk es Hulk y no Yoda.


Y aún trato. Les juro que trato, pero el destino se encarga de demostrarme que los ansiados días de felicidad no llegan así de fácil. Que se tienen que luchar con el mismo ahínco y desgaste con el que se cortan las malas rachas. Me recuerda que para ser feliz, primero tengo que renegar o no valoraría ese momento de felicidad como debería.


Todo bien con el florito este. Existencial y optimista. Lo acepto, los escucho y hasta podría decirse que le creo…


III.- El desenlace


El monstruo verde frente a la computadora empieza a tomar forma humana. ¿Será el inicio de un cambio permanente?


Descúbralo en el próximo acto.

viernes, 14 de agosto de 2009

Botón Rojo

¡Ahora pueden destruirlo todo gracias al Block del KDT!
Sólo apreten el botón...

No lo nieguen, se sintieron mejor.

P.D.: Si llegan a apreptar el botón, dejen un comentario.

martes, 4 de agosto de 2009

En busca de inspiración

Hoy tengo muchas ganas de escribir. Muchas… realmente muchas. Tantas, que hasta podría dibujar algo, pero claro, tener ganas es sólo el primer paso, luego hay que esperar a que la inspiración llegue.

Es cierto, podría pensar en algún tema interesante y relevante, uno de esos escabrosos o hasta tal vez, podría dejarles un mensaje a la conciencia, mismo Hermano Pablo, pero da la casualidad que ese no es mi estilo, si es que tengo uno, claro. No me gusta pensar en qué escribir. Lo que me gusta es escribir porque me nace hacerlo, porque algo en mi me dice “¡Oe, Kdt! ¡Escribe pues! ¿Qué te parece si hoy escribes de lo que te pasó en el taxi?” o cosas por el estilo.


El asunto es que, por alguna razón, no logro escuchar a esa voz que cada cierto tiempo me grita al oído para escribir.




Y la extraño.


¿Se habrá ido? ¿Acaso en su chamba también hubo promoción de vacaciones 7 x 5? ¿Será que está gritando y que yo no lo escucho? ¿Se habrá cansado de gritar?


Tal vez sólo le dio la porcina y pronto regresará, Dios mediante. (¡¡Sólo!!)


Hay que ser optimistas… dicen.


Mientras tanto trabajaré… o intentaré hacerlo. Esperaré, pero no sentado. Así me aburro y bien saben que el aburrimiento es el principal asesino de la inspiración.


“Cómo quisiera que mis dedos tipearan sin descanso, que las palabras fluyeran con ese sutil orden que regala significados profundos. Que escribieran mensajes inteligentes transformaría simples palabras en catalizadores de sentimientos o reflexiones. Hoy, sin embargo, son simples y burdos vehículos de fuga.”

lunes, 6 de julio de 2009

Metáfora

Disculpen el francés, pero la que sigue es una metáfora que debía hacer por una cuestión de salud mental:

Como todo acto bizarro, tiene un comienzo peculiar. El final de un ciclo marca su nacimiento.

"The Bathroom" - Vamont - Deviant Art

Su vida transcurre en un sin fin de enredos, dejando huellas de las que nadie quiere hablar.

"Two tubes stock" - Nanfen - Deviant Art

Y al final de todo, la mierda siempre termina junta y sólo en el mejor de los casos generan algo productivo.

"Apocolypse" - Mercury_666 - Deviant Art

Claro, si no es parte del mejor de los casos, entonces sigue siendo parte del resto.

Granja alimentada por energía generada por heces de cerdos - Argentina


Saludos cordiales!

jueves, 2 de julio de 2009

Lobos

Dicen que los lobos viejos comen siempre en primer lugar, luego las madres y sus cachorros y finalmente, los jóvenes inexpertos. Me imagino que lo hacen para que aquellos jóvenes inexpertos dejen de serlo aprendiendo a cazar solos.

Si es así, y no he confundido las jerarquías, la naturaleza estaría demostrando una vez más lo sabia que es. No por nada la llaman “madre”, aunque a veces más que madre, parece “abuela”.


¿Pero qué pasa cuando el orden jerárquico varía? Cuando los antiguos lobos desprecian el liderazgo de la manada para traerle la comida a los jóvenes que aparecen más fuertes que ellos… ¿Están obedeciendo un ciclo natural de la vida o están sucumbiendo ante la presión de los jóvenes inexpertos que, aparentemente, van sumando experiencia?


Creo que es hora de cambiar de canal. Mucho Discovery a veces afecta, aunque debo confesar que yo también amo al mundo.


Deviant art

Deviant art

lunes, 1 de junio de 2009

3 actos

Por fin he vuelto.

Ya sé, ya sé… ha pasado mucho. Se fue abril y mayo acaba de morir, y con él, dos promesas de visitas familiares que nunca realicé.

Las disculpas sinceras del caso.

Espero resarcirme pronto…


Lo cierto es que la motivación de este post no pasa por mis faltas de este mes, sino en otra de mis preocupaciones: mi falta de inspiración, la cual parece haber vuelto. Al menos por hoy. Nada más espero que se mantenga firme para los días que vienen.


¿Cómo volvió?


Con una historia en 3 actos. Tal vez esta no sea una historia de acción. Tal vez no les cuente algo paranormal, ni una de esas “situaciones poco afortunadas” que a veces vivo, pero de que esa historia de tres actos sirvió para que volviera a escribir, pues sirvió y tengo que agradecerlo. No seré un gran escritor, pero al menos me divierte hacerlo.


Aquí la historia:


I acto


Una caminata por una avenida peculiarmente solitaria.


Javier Prado suele ser más agitada a esas horas. Eran como las 12 de la noche y yo esperaba un taxi. El frío me obligaba a mantenerme en movimiento, así que decidí caminar mientras aparecía uno. De pronto, una revelación: no pasaba ni medio carro por la pista, así que decidí caminar por el medio de esta, como enfrentando al vacío por un instante. La sensación de ser infinitamente pequeño fue inevitable.


II acto

Una conversación de lo más bizarra.

Luego, ya vuelto en mis cabales, volví a la vereda en busca de un taxi que acceda llevarme a mi casa por 5 soles. Luego de unos metros de caminata, apareció. Tal vez porque me vio con cara de frío o simplemente porque tenía ganas de conversar. Creo que fue lo segundo, pues luego de un “buenas noches, el cinturón varón”, empezó con la conversación más extraña que tuve en la semana. Más o menos fue así, sin ofender a nadie.


Taxista: O’ Casha. Ta’ haciendo frío. ¿No?

Un servidor: Ta’ sí won… y dicen que se va a poner peor…

Taxista: Eshe esh por la rajadura en la capa de oshono, ¿no?

Un servidor: Bueno, en parte sí… por el calentamiento global, deshielos, etc…

Taxista: ¿O’ pero… dishen que el mundo se acaba el 2012, no?

Un servidor: Lo mismo decían por el año 2000. La gente andaba asustada… Aunque muchos científicos afirman que si seguimos contaminando de esta manera, para el 2050 ya no existiría Capa de Ozono… o algo así.

Taxista: Entonshe… se viene el fin del mundo… ¿Tú crees eso?

Un servidor: La verdad no sé si sea ahorita, pero…

Taxista: ¿Pero de dónde shacaron eso del 2012?

Un servidor: No estoy seguro, creo que en algún calendario Maya decía algo al respecto y creo que decían lo mismo en las profecías de la virgen de Fátima… en realidad no me acuerdo bien…

Taxista: Ah

Un servidor: Sí pues…


Metros más adelante


Taxista: O’ pero… ¿quienes eran los Mayas?.

Un servidor: Era una cultura antigua… tipo los incas, pero Mexicanos.

Taxista: Chuchaeshos shabenon… ¡Igual que el Alpha y Omega!


Metros más adelante


Un servidor: ¿Quién es el Alpha y Omega?

Taxista: ¡El que soshtiene el mundo pe’! (por favor acompañen esta frase con una postura similar al de una persona cambiando el foco… mientras manejaba.) Es una persona… o no sé, una religión…

Un servidor: Ahh

Taxista: O’ varón, pero nunca te hash puesto a pensar de que she trata de un plan de Estaosh Uníos? Eso de la capa de Ozono, de que se acaba el mundo…

Un servidor: Bueno, el frío lo sentimos en verdad ¿no? Además… ahorita tan’ cagados con la crisis, qué se yo… no creo que pretendan asustar a todo el mundo con eso, sólo porque sí. En todo caso sería de un grupo de poder, no sólo de Estados Unidos, pero como te repito, los cambios climáticos no son cuento. En la esquina a la derecha, por fa.

Taxista: Ah shi pe… Oshea… tamos cagaos cagaos varón…

Un servidor: Bueno… si no empezamos a hacer algo para proteger nuestro planeta, pues sí, tamos cagados… Más bien, acá dobla a la derecha y luego a la izquierda.

Taxista: Ya pe’…

Un servidor: Me quedo en el poste que está más allá. Gracias.

Taxista: Ya. Gracias… y shuerte varón.

III acto

Luego de que me dejara caminé hacia mi puerta pensando en esos 10 o 15 minutos que pasaron desde que salí de la casa de mi flaca. Tal vez fue solo un instante, pero fue suficiente para que muchas preguntas aparecieran en mi cabeza, como sembradas por aquel taxista.

¿Cómo se llama la película?

lunes, 11 de mayo de 2009

Pequeñas historias en una gran ciudad. “Ambulancia”

- ¡A un lado, descarga!
- ¡Se nos va doctor, se nos va!

- ¡Por Dios, reacciona maldito infeliz!

- ¡36 latidos por minuto!

- ¡Segunda descarga!

- Empieza a nivelarse… presión de 40, 42…

- Casi te vas…

- Doctor, hay que llevarlo al hospital…

- Súbanlo a la ambulancia y terminen de estabilizarlo. Ojala que arranque. Este infeliz es más duro de lo que parece y le ha dado un buen golpe a la ambulancia. Espero que despierte pronto.

- ¿Lo conocía?

- No, pero alguien tiene que responder por los daños, sobre todo si ese alguien es así de… ¿¡Pero a quién diablos se le ocurre saltar frente a una ambulancia!? ¡Casi ocurre una tragedia!. Claro, él no me importa, pero… ¿Y si hubiéramos estado llevando a alguien al hospital? ¿Alguien que sí quiere vivir? Probablemente hubiera muerto, pero este infeliz seguiría vivo, como ahora. En coma, pero vivo. Al menos él sí tiene una esperanza, que por cierto no merece. No más que cualquier otra persona. Debe pagar por lo que hizo y por lo que pudo hacer.

- ¡Ya arrancó doctor!

- Vámonos rápido, el infeliz puede morirse en cualquier momento… y no quiero darle el gusto.

"The artist in the ambulance" - Vhm Alex

miércoles, 6 de mayo de 2009

martes, 28 de abril de 2009

viernes, 13 de marzo de 2009

jueves, 5 de marzo de 2009

martes, 3 de marzo de 2009

Severn Suzuki, la niña que silenció al mundo por 6'32"

Este es un discurso-jalón de orejas que nos debería llevar a la reflexión. Para muchos científicos (no lo más optimistas, pero tampoco los más pesimistas), nuestro planeta resistirá sólo hasta el 2050 si seguimos tratándola así. Por favor, mis 5 o 6 hinchas, tratemos de cambiar nuestras costumbres para que la tierra nos dure siquiera un porquito más.

viernes, 20 de febrero de 2009

¿¡Por qué!?

Cuando más te mueres de calor alguien compra la última coca-cola helada de la tienda...

Cuando más te mueres por jugar una pichanga alguien revienta la pelota...


Cuando más te destruyes por ir al baño algún perrito aparece para orinar frente a ti...


Cuando más te mueres de sueño, siempre hay algo que te mantiene despierto... un buen rato más.


Desde chico me preguntaba si era el único al que le pasaban estas cosas. Luego, cuando crecí, me dijeron que se llamaban "insights" o "situaciones comunes". Lo cierto es que todas me han pasado, me pasan o -estoy seguro- alguna vez me pasarán.


Si no, fíjense en los videos que narran las ocurrencias de ayer, justo cuando pensaba en lo que escribiría para este post...


...Es increíble cómo el sueño daña la cordura... Perdón.


I acto


II acto


III acto


P.D.: Debo incluir en los créditos de esta historia a mi Gorda, el contacto con la realidad que me salvó de la insania. ¡Gracias!

jueves, 5 de febrero de 2009

Gente

Desde hace unos días han estado rondando por mi cabeza recuerdos de una serie de situaciones, caras, frases, gestos y reacciones de algunos eventos desafortunados que me tocaron vivir durante esta semana, momentos que, ciertamente, no valen la pena recordar. Ya renegué suficiente con esos individuos, a quienes cariñosamente llamo: “gente de mierda”. (Obviamente eso fue sarcasmo).

¿Cómo es, no?


A veces es suficiente que un par de tarados te recuerden lo mucho que puedes llegar a molestarte para despertar ese lado maligno que se alimenta con cada cierre de combi, con cada taxista malcriado, con un comentario injusto, etc. Lo peor de todo es que esta “gente de mierda” no sólo se contenta con despertar nuestro lado oscuro con facilidad y velocidad temibles, sino que además, la ponen a prueba una y otra vez.


Felizmente (y gracias a Dios) otra vez se cumple el ying-yang: ese delicado e incomprendido equilibrio que tan poco conozco y que tanto necesito me ha devuelto la fe en la especie humana a través de un viejo, pero completamente noble taxista. (Ya sé, no lo conozco ni sé su historia, pero les juro que si hubieran estado ahí conmigo y mi flaca hubieran entendido a qué me refiero.)


Él era uno de esos educadísimos personajes que imaginamos piropeando con altanería en la época en la que nuestros abuelos jironeaban en busca de una mozuela para pasar la tarde. Un personaje de cuento con moraleja, el paralelo perfecto a toda la escoria de gente con la que me tocó lidiar… es decir, un señor con el que probablemente nunca me vuelva a cruzar, pero con el que alegra haberme cruzado, pues me demostró que se puede llegar a viejo caminando por el camino correcto.


Sólo espero no haber pagado de más en vano y que en verdad sea un hombre de bien.

No sé de quién es esta ilustración, pero me gustó mucho.
¡Felicitaciones al ilustrador! (Espero no tener que pagar derechos,
la encontré en internet)

miércoles, 28 de enero de 2009

Doolhof IV

A veces sólo es necesario un timbrazo del teléfono para regresarnos a la realidad. Muchas conversaciones intrascendentes han terminado y algunos reencuentros se han concretado gracias a él, pero esta vez, sólo marca el regreso a las labores de exploración.

- ¿Aló?
- ¿Miranda?

- Sí Marita, dime.

- Las tazas de café que me pediste están listas. ¿Te las llevo?.

- Sí, gracias Marita. El señor Doolhof y yo tenemos para largo hoy. Es más, si quieres puedes traernos el café e irte a tu casa. Yo estaré bien.

- ¿Estás segura Miranda?

- No te preocupes Marita, estaré bien. Nada más haz lo que te digo, pero no te acostumbres a estos arranques de bondad. Son eso, arranques solamente. ¿entendido?

- Sí, no te preocupes Miranda, ahora te llevo los cafés.

- Gracias. Hasta mañana.

- Sí que te cuida ¿eh?

- En parte sí Sebastián, aunque se supone que debería ser yo quien la cuide. La verdad, en
este negocio a veces no se sabe quién es quién. Es más, contigo sucede algo similar. A veces me dejas pensando tanto que me pregunto si seré yo la que necesita ayuda.

- ¿Y la necesitas?

- No empieces.

- Bueno, solo quería ayudar…

- ¿Por qué no mejor me ayudas a ayudarte?

- Tampoco te molestes…

- No me molesto. Sólo quiero avanzar. Ya es de noche.

- Y de noche las horas corren.

- Especialmente cuando uno está interesado en lo que hace.

- Lo tomaré como un halago.

- Si consideras que “desafío Psicológico” es un halago, adelante.

- Mejor avanzamos conmigo…

- Me parece perfecto. ¿Sabes? Creo que podría intentar hipnotizarte. No soy psicoanalista, pero contigo debo probar de todo.

- A todo esto… ¿a qué escuela perteneces?

- Para llegar donde estoy no me bastó con conocer sólo una escuela. Si necesitas que te mencione una, digamos que soy “universal”.

- Si no me equivoco, esa escuela no existe.

- ¿Cómo puedes saberlo? Eres un albañil sin recuerdos pasados. ¿verdad?

- Sí, bueno, no sé…

- No hacen falta explicaciones. Ese tipo de razonamientos son los que me impulsan a explorar dentro de tu mente. Al parecer tu experiencia anterior no ha sido eliminada, sino bloqueada.

- Como la mezcladora de cemento que arreglamos esta semana…

- Ehhh… sí, más o menos.

- Entiendo…

- A veces no sé con quién hablo.

- ¿Por qué lo dices?

- Por nada… comencemos de una vez. ¿Estás de acuerdo con que intente hipnotizarte?

- Sí, adelante… pero…

- ¿Qué pasa?

- Me da algo de miedo.

- ¿A qué le tienes miedo?

- El día del incidente en la construcción… bueno, esa vez estaba dormido y colapsé. No sé si tiene algo que ver, pero no quisiera que le pase nada malo.

- No te preocupes. Mientras estés hipnotizado entrarás en un plano inconciente. O sea, básicamente será otra “parte” de ti la que hablará conmigo, así que no hay problema. Ninguna de tus partes me causa el más mínimo temor, ciertamente.

- Pero si yo no sé lo que pasó, ¿Cómo mi “otra parte” va a saberlo?

- Según los psicoanalistas todo lo vivido deja huella en el inconciente. De esta manera, si logro comunicarme contigo en ese plano, debería poder explorar –de alguna manera- cualquier cosa que te haya pasado en tu historia personal.

- Como el accidente.

- Como el accidente.

- Entonces hagámoslo.

- …

- ¿Qué pasa?

- No es nada. Por algún motivo saber que estoy apunto de explorar un laberinto oscuro me dio un poco de miedo, pero ya pasó. Es mejor que comencemos de una vez. No quiero volver a acobardarme.


Y sin pensarlo dos veces, cogió un péndulo y empezó a balancearlo justo delante de los ojos de Sebastián. Poco a poco, su atormentada concienciase dejó llevar ante el inminente triunfo de Morfeo. Ya no hay vuelta atrás, los párpados han caído.


- Desde este momento responderás a todas mis preguntas y despertarás cuando…

- Cuando me dé la gana.

- ¿Sebastián? ¿Por qué no estás en trance? ¡Algo debe haber fallado!

- No falló, pero yo no soy Sebastián.

- …

- ¿Qué pasa? Parece que vio un fantasma.

- …

- Bueno, si no va a hacer las preguntas que tanto decía, entonces mejor me voy.

- ¿Quién eres?

- Vamos, esa pregunta es fácil. Creo que puede hacer una más interesante. ¿No?

- …

- Está bien, está bien. Si necesita que le responda para que le vuelva el color, entonces lo haré, pero por favor, hable. Me empieza a dar hambre y eso me pone de mal humor… Yo soy eso que Sebastián bautizó como “colapso”. En realidad es un poco injusto conmigo, después de todo sigue vivo gracias a mi. ¿Sabe? Todos, especialmente los psicólogos como usted, viven asombrados de lo poderosa que puede ser nuestra mente, aunque en realidad no tienen idea de lo que están diciendo. ¿Alguna vez escuchó de la señora que levantó una pala mecánica sólo con sus manos, para rescatar a su pequeña hija? Una verdadera proeza, ciertamente. La pregunta es: ¿fue la señora quien actuó?. Estoy convencido de que no fue así. Muchos dicen que el cuerpo humano puede reaccionar a niveles extremos…

- … en situaciones de alto riesgo.

- Así es. Aunque yo prefiero decir: “en situaciones en las que el conciente pierde el control”. Es ahí cuando las proezas suceden, pero… ¿qué pasa cuando la fuerza con la que actuó la mujer se utiliza en un acto de venganza? ¿Qué pasa si el objetivo de esa venganza no tiene rostro?... Es gracioso, no hiciste ninguna pregunta interesante, sin embargo ahora tienes mucho en qué pensar. Lástima que tenga hambre, sino tal vez te dejaría vivir. No he comido nada desde… bueno, desde esa vez en la construcción.

- Fuiste tú…

- Pues… sí.

- ¡Te los comiste! ¡Te comiste a todos!

- ¿Me crees algún tipo de animal o algo así? Yo no como gente, pero matar sí que me abre el apetito.

- Eres un monstruo…

- ¿Monstruo? ¿Por darle otra oportunidad de vivir a Sebastián? No lo creo. Es más, me lo debería agradecer. Sin mí usted nunca lo hubiera conocido.

- …

- ¿Sabe? Fue agradable conversa con usted… si es que a lo que acaba de pasar se le puede llamar “conversar”, claro.

- Yo…

- No se preocupe, vivirá. Al menos hasta el próximo miércoles. A la misma hora ¿verdad? Creo que tendré mucho que contarle.


Y sin más, el extraño hombre que llegó como Sebastián se ha ido, dejando a Miranda sin poder creer lo que acaba de vivir.


- Debo estar loca. ¿Cómo pasó? ¿Cómo un simple hombre confundido llegó a condenarme de esta manera? ¿Esta era la exploración que quería? No puede ser… y lo peor de todo, es que prometió regresar.

martes, 27 de enero de 2009

Nota al pie


Ayer jugaba con el ilustator y no se me ocurrió nada mejor... No puedo conmigo mismo... ¡¡lo siento!!

domingo, 25 de enero de 2009

Crisis

Alguna vez me dijeron que una “crisis” no era necesariamente algo malo. De hecho me inculcaron que significaba “cambio”, como la adolescencia, con dificultades y con algunas sorpresas traumáticas que con el tiempo aprendemos a manejar. Puede ser, pero igual debo confesar que la palabra “crisis” me causa cierta incomodidad (y digo incomodidad para no decir miedo a lo desconocido), por eso desde ahora usaré la palabra “adolescencia” en vez de “crisis”, al menos en este blog.

Es que realmente siento que “adolescencia” es una palabra más optimista, con algo más de vida, no sé. Además nadie tiene “recuerdos de crisis”, tampoco “amigos de crisis” y menos “amores de crisis”, así que desde el preciso instante en que termine este párrafo, la palabra crisis dejará de aparecer en este blog. Recuérdenla, pero no la extrañen.


A todo esto, el propósito de este post no es explayarme acerca de la adolescencia financiera por la que atraviesa el mundo ni de cómo debemos prepararnos. Para eso ya existen suficientes diarios, páginas web y hasta ppt’s que si no te han llegado al mail, pronto lo harán. El verdadero propósito es algo más egoísta: es convencerme (y de paso a ustedes, mis queridos 4 o 5 hinchas) de que existen dos grandes opciones para atravesar cada adolescencia, tanto en lo personal como en lo laboral. Es decir, o nos llenamos de inseguridades y de todo lo que representa, o la disfrutamos lo más que podemos, experimentando, retándonos, o como sea, lo malo es que por alguna razón siempre nos vamos por el primer camino y terminamos pasándola mal.


¿Por qué?

¿Acaso la adolescencia no termina siempre con aprendizaje, y por ende, en crecimiento?


A mí me gustaría crecer y me imagino que a ustedes también, por eso si alguna vez necesitan un empujoncito o un “¡vamos que se puede!” para sobrevivir una adolescencia podrán hacer como yo y volver a leer este post.


¡Vamos que se puede!

miércoles, 21 de enero de 2009

Mañana (hoy) es día de fútbol

Esta noche pasó algo realmente emocionante. No gané nada, tampoco me choqué ni me crucé con ningún ser paranormal. Simplemente, llegué a la casa de mi enamorada, conversamos un rato y sin más, me mostró unas fotos que un amigo del colegio había colgado en el facebook.

Realmente yo no entiendo mucho de esa página, así que sólo me dediqué a mirar y a retroceder en el tiempo. Es que así fue. Sólo bastaron dos fotos de la selección de fútbol de menores del colegio para recordarme lo mucho que disfruto pichanguear.

Es cierto, ya han pasado más de 12 años y muchos kilos han llegado a mi vida, pero hay cosas que ese chibolo lleno de energía y este chibolo lleno de energía tenemos en común: no somos un derroche de habilidad, no somos muy veloces que digamos y seguimos teniendo problemas con los tiros de fuera… pero qué fuerza tiene nuestro espíritu… Y que me disculpen mis retractores. No trato de sobrarme, ni de lanzarme flores que no merezco, pero tengo que dejar en claro que nadie podrá decir que dejé de ponerle huevos cada vez que me tocó defender una camiseta.


Felizmente hoy es noche de fútbol. La máquina del tiempo se activará para reencontrarme con mi pasado y con mis sueños peloteros. El partido iniciará y ya no tendré la camiseta del cole, no estarán ni Micky ni Fredy en la banca (los DT que alguna vez trabajaron conmigo) y en las tribunas nadie cantará “aún sin sol…”, pero aún así, qué ganas de patear una simple - y a la vez compleja - pelotita de cuero.

sábado, 17 de enero de 2009

La primera luz del verano

Más que un dibujo es una descripción.

La primera luz del verano

¿Estás escuchando esa canción porque te diste cuenta…

… que escribir tu próximo post en una laptop es más divertido de lo que pensabas?
… que escribir tu próximo post en una Macbook es más divertido aún?

… que, aunque lo niegues, tienes un bichito posero que se divierte haciéndose el diferente?

… que te estas divirtiendo en medio de un instituto de inglés, haciéndote el diferente?

… que realmente no te molesta estar de posero en un instituto de inglés?

… que probablemente estés atravesando el momento más posero en mucho tiempo?

… que subiste el volumen de tu variopinta música para verte un poquito más posero?

… que mueves la cabeza al ritmo de la canción, porque así te vez más posero todavía?

… que sigues buscando cómo verte más posero todavía?

… que en este momento no te asco la pose, sino que te divierte mucho?

… que estás en medio de un instituto de inglés, rodeado de desconocidos?

… que tanta pose ya empezó a darte rochesito?

… que dejaste de mover la cabeza?
… que empiezas a bajarle el volumen a la música? … que piensas en terminar rápido este post para que la gente deje de mirarte raro?

Sí... sí.

viernes, 16 de enero de 2009

Sonidos nocturnos de mediana frecuencia.

Acabo de regresar de la casa de mi flaca. Allá vimos “Historias de Ultra tumba”, la serie de Discovery que me hace morir de miedo, pero que sin embargo, veo cada vez que puedo con la misma atención con la que un adolescente mira sus primeras Playboy.

La verdad este capítulo no me dio tanto mellito. Es decir, mantenía un esquema “normal”: había una casa con fantasmas, un tipo atormentado, un par de amigos, una psíquica y por supuesto, los testimonios de las personas reales, pero hubo algo que llamó mucho mi atención: en este capítulo la psíquica iba a verificar si había o no presencia paranormal en la casa utilizando una grabadora común para detectar los sonidos que normalmente el oído humano no capta. Esto se ha visto bastante en otros capítulos de la serie y hasta me parece que en algunas películas y series, por lo que me atrevo a decir -con clara intención irónica- que no es nada del otro mundo.

Lo que realmente me llamó la atención no fue el método que la señora utilizó, sino su simplicidad. Es decir, sólo basta grabar el sonido del ambiente para ver si algo andaba mal, por eso –y esta es la carnecita del post de hoy- estoy dispuesto a dejar mi lactoc capturando los sonidos de mi habitación toda una noche. Así comprobaré si en verdad hay espíritus que me siguen de vez en cuando. Eso, o que ronco, pero algo comprobaré, pero como sé que si llego a escuchar algo me voy a hacer la pichi, no pienso hacerlo de gratis. Por eso, invito a toda mi hinchada a que me deje un comentario. Si llego a la gran suma de 8 comentarios, lo haré. No hay fecha límite ni nada, así que espero el apoyo de la fanaticada para iniciar esta aventura paranormal, así de paso censo a mi gente.

A ver… ¿quién dijo “yo”?

jueves, 15 de enero de 2009

Cosas del “Floro”

Como algunos saben, hace poco me propuse cultivar de manera sostenida el buen hábito de la lectura. Creo que voy bien, no excelente, pero bien. En fin, este post no se trata acerca de lo mucho o poco que leo diariamente, sino acerca de lo que encontré en mi sesión de hoy. Aquí se los copio y luego meto mi cuchara.

“Señorita, usted no parece linda, pero tiene una belleza secreta que aparece sólo cuando usted se anima, se enoja o se entusiasma. Usted tiene labios raspados, cara colorada y pecosa, ojos chicos y es más bien pecosa; pero cuando usted se conmueve, cuando se siente querida, o al menos atendida, brota un espíritu de adentro que la transfigura, se le cambia el rostro, parece un ángel lleno de dignidad y de gracia reprimida…”


No sé si en la época en la que se desarrolla este cuento funcionen este tipo de “piropos”, pero según el autor, a este personaje le fue bastante bien, aunque –y es aquí donde entra mi razonamiento paralelo, por no decir, atarantado- ¿Qué pasaría si un tipo promedio se explaya con un discurso similar a este dispuesto a conquistar a una flaquita?


Más o menos sería así:


“Amiga, ‘tas medio chancada, pero cuando te emborrachas te pones chévere. Eres chata, bembona y colorada, (¿recuerdan a Harriet de la pequeña maravilla?). Encima, no sé por qué, pero cada vez que alguien te da bola se te arregla la cara, pareciera que estás buena y un poco aguantada”


¿A alguien le funcionará en estos días?. Es decir, por una lado están las “ladies” que se indignarían, pero por otro, siempre hay una “desprendida y generosa, fanática del perreo más crudo, bebedora incansable y cariñosa sin par” que lo tomaría como un halago de lo más “lindis”.


Creo que por eso nunca se puede estar seguro de la reacción de una flaca, ni siquiera cuando la conoces bien. Es que las mujeres son así, muchas veces repiten patrones de conducta, pero eso no significa que siempre serán iguales.

miércoles, 14 de enero de 2009

La Molina huele a quemado

Antes de seguir con este post me gustaría aclarar algo: desde un inicio, el propósito de este blog ha sido emular las páginas mi block, en el cual vuelco todos los cuentos, ideas, pensamientos, garabatos y las demás babosadas que se cruzan por mi cabeza, razón suficiente para escribir acerca de esas cosas -irrelevantes, pero quizá interesantes- que me hacen pensar antes dormir. Trataré de no caer en un diario, aunque espero poder escribir diariamente. Eso significaría que me empiezo a dar más cuenta los detalles en mi vida o que simplemente, que estoy viviendo más. En fin, al menos tengo de mi lado el ser imán de circunstancias poco usuales, de eso estoy convencido.

Bueno, ahora sí a lo que me motivó a escribir este post:

No sé si alguna vez les pasó. Es más, aún no estoy seguro de que me está pasando a mi, pero desde hace un rato, siento que el ambiente huele a humo. Es más, hasta podría decir que no sólo La Molina tiene ese peculiar aroma, sino también Surco, desde el trébol hasta el final de la Av. Javier Prado.

Ya revisé los noticieros y no hay incendios ni nada que pueda despedir tanto humo. Tampoco escucho bomberos ni se siente alboroto en las calles, y para completar lo raro del asunto es que encima empiezo a sentir que el aire no sólo tiene un problema de olor, sino también de limpieza. Es decir, no está cochino, pero una especie de neblina ultra ligera le da un color y densidad “peculiar”.

–empiezo a cabecear-

A ver, hagamos un repaso antes de quedarme dormido:

No hubieron incendios.
No quemaban basura.
No fue el motor de algún auto.
No fue el motor de MI auto.

Entonces… ¡¿Qué diablos es!?

No me mal interpreten, no estoy renegando. Este extraño suceso me alegra (en cierta medida). Gracias a él, los pinches zancudos han sido espantados, espero que muy, muy lejos, a una galaxia lejana, lo suficiente para que me dejen dormir un par de noches más, pero también me deja pensando, pues se suma a una lista que ya tiene 3 bullets en su haber:


¿Será que tengo algún tipo de capacidad extra-sensorial?
¿Será que mi barrio es un portal hacia el pasado, en el que se reviven tiempos de hacendados y esclavitud?
¿Será que sí era el motor de mi carro?

Creo que algunas preguntas nunca encontrarán respuesta, pero si las encontrara… pues no les hago caso. Total, es mi lista.

lunes, 12 de enero de 2009

Papá Jobs dice:

"Su tiempo es limitado, así que no lo pierdan viviendo la vida de algún otro. No se dejen atrapar por el dogma –que es vivir de acuerdo a los pensamientos de otra gente-. No dejen que el ruido de las opiniones ajenas ahogue su propia voz interior. Y, más importante, tengan el coraje de seguir a su corazón e intuición"